jueves, 5 de noviembre de 2009

CUENTO raul perez

Era una tarde aburrida en la que Mario no sabia que hacer, estaba solo en casa a si que podía hacer lo que quisiera, decidió salir al jardín, así q se sentó en una silla y empezó a observa todo aquello que le llamaba la atención, al cabo de la media hora pasó un hombre un tanto extraño, llevaba una gabardina negra, un gorro y unas gafas que le tapaba gran parte de la cara. Mario decidió seguirlo por si encontraba algo interesante, el hombre se sentó en un banco y se puso a leer un libro, Mario se acercó y le preguntó:


- ¿Hola, qué lees? Este respondió: No sé si eres un poco chico para comprender lo que estoy leyendo, pues es un libro religioso, habla de la Fe que tenemos sobre un ser superior, sobre Dios.


- Mario se quedó un poco pensativo y le pidió que le explicase un poco de que iba el libro, entonces el hombre se quitó la gabardina, se quitó las gafas y se quedó en una camisa negra con una franja blanca en el cuello. Sí, el hombre era cura, seguidamente empezó a leerle su parte favorita del libro: No existe momento más bonito que una sonrisa de un amigo , que una muestra de cariño de un ser querido, que un te quiero de la persona más importante para ti. Porque todos a lo largo de nuestras vidas vamos a sentir algo especial por alguien.
Si dicen q el 95% de la población mundial cree en un ser superior, es decir, en Dios, el 5% restante cree que estamos desperdiciando el tiempo en algo que no existe, en una tontería. Seguramente muy pocas personas serán capaces de definir que sienten por esa persona, Para confiar, creer o tener fe en alguien hay que estar muy seguros de que la otra persona también siente lo mismo por ti. Fe, es una relación entre dos personas de confianza mutua en el que coinciden en un pensamiento, seguramente todo aquel que este leyendo esto no estará entendiendo lo que estoy intentando explicar y es que todo esto, No tiene sentido pero no te preocupes ;) en nuestro hábitat en el sitio donde vivimos, a veces nos encontramos con situaciones en la vida que no entendemos que no le encontramos un sentido o una respuesta. Por fin encontré el sentido de la vida. Dándole vueltas a la cabeza pensé, sabiendo que cada persona es un mundo , con su diferente ideología el sentido de la vida para cada uno de nosotros es distinto, cada uno tiene un sentido por el cual vive, siente, ríe y llora la vida. Cada momento de la vida tiene un sentido distinto, cuando un familiar fallece para muchos no tiene respuesta ¿o si? quizás el sentido de ese momento este aún por descubrir pero para él ya no tendrá sentido, sin embargo a la vez que ese chico llora desconsoladamente por la muerte de un familiar otra persona se le promete una vida llena de alegría, en ese momento el sentido de esa persona es totalmente diferente al del otro chico. Todos somos diferentes, dicen que dios creó el mundo, que dios creó al hombre, pero que dios nos hizo libres. Otros que el mundo fue victima de una explosión, que la explosión creó al ser y que el ser se hizo libre. La vida es un puzzle y tú tienes la última pieza. Debemos de compartir nuestra vida con personas opuestas para sentir y descubrir cosas nuevas, diferentes, que nos hagan una respuesta del por qué seguir viviendo, cambiar de aires y comprobar que hay más vida después de un momento difícil.
Mario no supo reaccionar ante la lectura del hombre y decidió irse.
Al día siguiente viniendo de casa de su abuela, Mario se encontró al hombre solo de rodillas con la cabeza agachada y le preguntó:



- ¿Qué haces? Este respondió, Perdí mi aguja, entonces rápidamente Mario se echó al suelo y empezó a buscar la aguja perdida, daban las diez de la noche y no aparecía, Mario cansado de buscar dijo: La calle es larga, pronto no habrá más luz. Una aguja es algo muy pequeño ¿por qué no nos dices exactamente dónde se te cayó? Este respondió Dentro de mi casa, dijo el hombre. ¿Te has vuelto loco? Dijo Mario, Si la aguja se te ha caído dentro de tu casa, ¿porqué la buscas aquí afuera? Contestó el hombre serio: Porque aquí hay luz, dentro de la casa no hay.
Mario preocupado preguntó: Pero aún habiendo luz, ¿cómo podremos encontrar la aguja aquí si no es aquí donde la has perdido? Lo correcto sería llevar una lámpara a la casa y buscar allí la aguja, el hombre se rió y dijo: Eres tan inteligente para las cosas pequeñas pero, ¿cuándo vais a utilizar esta inteligencia para vuestra vida interior? Te he visto a todo buscando afuera y yo sé perfectamente bien, lo sé por mi propia experiencia que lo que buscabas está perdido dentro. Usa tu inteligencia ¿porqué buscas la felicidad en el mundo externo? ¿Acaso lo has perdido allí? Nos empeñamos en buscar la felicidad día tras día y no nos damos cuenta de que es ella la que tiene que encontrarnos, en cualquier momento, y cuando llega descubres que ahí no acaba todo que el final de un camino solo es el principio de otro y lo único que importa es la persona que eliges para que camine a tu lado y esconderse es lo que menos te importa, lo que te importa es que estas tocando con las yemas de los dedos eso que has estado soñando toda tu vida y ya sólo importa el hoy , el presente y lo que queda por venir.

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